El 10 de Diciembre
“Lo estamos evaluando”, reconoció un asesor importante del círculo de Milei. “Es una idea”, apuntó otro.
Sin embargo, saben que no es fácil. En primer lugar, porque se requiere el consentimiento de ambas partes. “Generalmente lo organiza el presidente saliente”, señalan.
La historia ya tiene un antecedente cercano de lo que ocurre cuando no hay acuerdo. En 2015 la entonces presidenta se enredó en discusiones y no le entregó el bastón de mando a su sucesor, Mauricio Macri.
En esta ocasión todavía no surgieron entredichos. Kirchner canceló el viaje que tenía previsto a Italia y se quedó en el país para trabajar en lo que viene: este miércoles recibirá en el Senado a la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel.
Por otro lado la cuestión de seguridad es otro tema importante. Más allá de los dirigentes locales, para la asunción llegarán mandatarios y figuras de distintas partes del mundo.
La futura canciller, Diana Mondino, ya se comunicó con varios presidentes que asegura que confirmaron su presencia aunque no anunció cuáles.
Lo cierto, también, es que aunque no existe un procedimiento claro estipulado por la Constitución, la tradición marcó un modelo que es el que se fue repitiendo.
“Muchas cosas van a dejar de ser como eran, hay que acostumbrarse”, asegura un hombre de confianza de Milei.
El procedimiento señala que después de prestar juramento en el Congreso de la Nación frente a la Asamblea Legislativa, conforme al artículo 93 de la Constitución, el presidente electo debe recibir de manos del mandatario saliente los elementos e insignias formales y simbólicas correspondientes a la más alta magistratura. Es decir, la banda y el bastón.
Pero hasta el gobierno de Néstor Kirchner. Se juraba en el Congreso y después se entregaba la banda y el bastón en la Casa Rosada. Kirchner para simplificar hizo las dos cosas en el mismo lugar, y salvo en el caso de Macri se siguió haciendo así. Fuente: Clarín